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Comunicación con la persona enferma de Alzheimer

Uno de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer es el deterioro de la capacidad de comunicación. Se producen disfunciones tanto a nivel productivo como a nivel de comprensión.

En fases iniciales puede manifestarse como una dificultad para encontrar la palabra correcta (síndrome de la punta de la lengua), utilizar palabras comodín (dame ese “chisme”) o el empleo de circunloquios (“¿Qué dice el periódico? –“Nada nuevo”) o frases hechas . En fases más evolucionadas se observan dificultades de comprensión así como dificultad para retener la información recibida. Todo esto dificulta enormemente la comunicación y puede contribuir al desarrollo de otras sintomatologías secundarias tales como depresión, angustia, episodios de agresividad…

Para evitar estas situaciones es importante conocerlas y saber cómo compensarlas para poder mantener un nivel óptimo de comunicación el mayor tiempo posible.

Existen unas pautas que nos pueden ayudar a mejorar la comunicación con la persona dependiente:

  • Establecer contacto visual para obtener su atención y utilizar el nombre de pila para dirigirse a la persona.
  • Usar la comunicación no verbal para relacionarse con el enfermo (expresiones faciales, proximidad, contacto físico, postura corporal…).
  • Si la comunicación crea problemas, tratar de distraer a la persona con Alzheimer. Por ejemplo, sugiera una actividad divertida.
  • Emplear preguntas cerradas (se responden con un SI o con un NO); “¿te duele algo?” En lugar de “¿qué te pasa?”.
  • Proporcionarle alternativas de elección limitadas para facilitar su respuesta; “¿quieres ver la tele o escuchar música?” En lugar de “¿qué quieres hacer?”.
  • Situarnos a su altura para hablar con él/ella.
  • Evitar los gritos o el tono de voz elevado.
  • Evitar el ruido ambiental.
  • Anunciar nuestra presencia evitando los posibles sobresaltos, hablándole de frente.
  • Evitar las frases largas.
  • Fraccionar las instrucciones en secuencias; en lugar de decirle “vístete”, decirle “vete a tu habitación, abre el armario de la izquierda, coge un jersey y póntelo”.
  • Repetir las instrucciones tantas veces como sea necesario y ser conscientes de que probablemente aumentarán los tiempos de respuesta. Tratar de no interrumpir.
  • No infantilizar a la persona con expresiones y voces de niño.
  • Usar palabras diferentes si la persona no entiende la primera vez.
  • No solo corregir a la persona cada vez que cometa un error, tratar de entender que está intentando comunicarse y es fuente de frustración no conseguirlo.