Escrito por igone etxeberria y asier arrizabalaga, hoy 21 de septiembre “Día mundial del Alzheimer”
La demencia es una enfermedad neurodegenerativa que tiene consecuencias en las personas que la padecen en diversos ámbitos como el cognitivo (las personas afectadas sufren pérdida de memoria, de atención, tienen dificultades para planificar las cosas, etc.), el comportamental (nerviosismo, conductas agresivas, desinhibición verbal, etc.), emocional o en fases más avanzadas incluso a nivel de capacidad funcional (problemas para comer por sí mismos, hacer la higiene o incluso caminar).
Desde el ámbito geriátrico y el gerontológico se ha insistido en la importancia de la detección precoz para poder poner un tratamiento lo antes posible. A este respecto se suelen considerar el tratamiento farmacológico (existen fármacos específicos para tratar la demencia) y otro tipo de tratamientos denominados no farmacológicos, con un enfoque más psicosocial. En estas líneas exponemos en qué consisten algunos de ellos, concretamente los que se llevarán a cabo en el marco del proyecto DEMENTZIA BIZITZEN, así como el respaldo científico obtenido.
En los últimos años han proliferado, además, las intervenciones dirigidas a realizar actividad física, de manera que no sólo se ejercite la mente, sino que también el cuerpo. Los programas de ejercicio físico terapéutico centrados en la reducción de la marcha de las personas con demencias por medio de ejercicios específicos disminuyen el riesgo de caídas, retrasan la presencia de la fragilidad y la evolución del deterioro cognitivo, al tiempo que disminuyen la frecuencia e intensidad de los síntomas neuropsiquiátricos.
La musicoterapia ha mostrado reducir la agitación, la ansiedad y la depresión en pacientes institucionalizados. Las intervenciones incluyen desde escuchar música a cantar o incluso realizar movimientos al compás de la música. La terapia asistida con animales, ha conseguido reducir ciertos comportamientos problemáticos (agitación y agresividad) así como una mejora del estado emocional, mayor implicación de las personas en las actividades y comportamientos sociales.
Las intervenciones mencionadas anteriormente, en general, se han aplicado en personas que están institucionalizadas, y su eficacia se ha demostrado en menor medida en personas con demencia que residen en el domicilio. Además, por lo general han sido aplicadas de manera unitaria, es decir, se ha aplicado una u otra terapia y no de manera integrada. Sin embargo, enfoques más actuales señalan la importancia de las intervenciones multimodales en la demencia, o lo que es lo mismo, aquellas que trabajan diferentes áreas como la cognición, la salud física, la psicológica, la conductual y la social. Este es precisamente uno de los retos del proyecto DEMENTZIA BIZITZEN, ya que se combinará la estimulación cognitiva, la física y la sensorial dentro del mismo programa de intervención. Otro de los retos de los profesionales que nos dedicamos a este campo es el de adecuar estos programas a las personas y no al revés, es decir debemos adaptar los programas a las capacidades preservadas, gustos y preferencias de las personas lo máximo posible evitando así la fórmula del café con leche para todos. Aplicar esta atención centrada en la persona implica reconocer la singularidad y unicidad de la persona y fijar la mirada en sus capacidades frente a aquello que la hace dependiente, apoyando su autodeterminación y respetando siempre que se pueda sus decisiones, preferencias y opciones personales. Los coordinadores de DEMENTZIA BIZITZEN aceptamos el reto.
Asier Arrizabalaga e Igone Etxeberria
Coordinadores del proyecto Dementzia Bizitzen y colaboradores de Buru Bihotzez